El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha colocado sus mascarillas del CSIC en millones de rostros ya. Pero la producción en masa pretende llegar a 11 millones de unidades semanales desde mediados de noviembre. La forma de adquirirlas es a través de Internet, en la tienda que la empresa creada con soporte de la organización estatal ha lanzado.
De momento, las mascarillas del CSIC que se han hecho famosas cuentan con la garantía oficial y están desarrolladas con un tejido de microfibras. Estas cuentan con certificación de examen de la Unión Europea de tipo nº 0370-4372-PPE/B de protección frente a la COVID-19. Cumplen, por tanto, los requisitos de la norma UNE-EN 149:2001 + A1:2009 para mascarillas autofiltrantes. Además de la actualización RfU PPE-R/02.075 versión 2, de la recomendación (UE) 2020/403 del 13 de marzo de 2020 publicada por la Comisión Europea.
La denominación completa de las mascarillas del CSIC que recomiendan los organismos oficiales en España y en la Comunidad Europea es Proveil® PC 2020. Aunque hemos de recordar que el equipo de desarrollo encargado de estos productos tiene otros modelos en cartera. Sobre todo, con los objetivos cercanos. Por un lado, el de conseguir que todos los materiales empleados en las mascarillas del CSIC sean biodegradables. Aparte de invertir esfuerzos en desarrollar mascarillas que permitan la comunicación con personas sordas, por medio de la lectura de labios. Un tema en el que han sido importantes las 70.000 firmas reunidas por la iniciativa de Marcos Lechet y su reunión con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aparte de representantes del Ministerio de Consumo.
Otro de los proyectos más próximos que saldrán a la venta por parte del CSIC y su empresa Proveil es una mascarilla quirúrgica con viricida. Aparte de los equipos EPI para uso sanitario con el compuesto contra virus, que elevará las medidas de protección para profesionales del sector. Aunque esta característica se suma a la certificación por la que se confirma que las propias microfibras de los filtros ya, de por sí, son nocivas contra cargas víricas. Con los precios actuales, el siguiente paso es conseguir que se reduzca el coste de fabricación y que la legislación europea permita reducir el IVA de las mascarillas certificadas. De forma que sean más asequibles para la población general, al rebajar los impuestos desde el 21% actual.