Intel ha presentado sus resultados financieros del primer trimestre de 2025, Intel Q1 2025, mostrando un crecimiento en el segmento de centros de datos, aunque la compañía sigue inmersa en una profunda transformación bajo la dirección de su nuevo CEO, Lip-Bu Tan. Con ingresos de 12.700 millones de dólares, la cifra se mantiene estable respecto al mismo período del año anterior, pero el resultado neto arroja una pérdida de 821 millones de dólares, lo que subraya los desafíos pendientes.
Tan ha manifestado que la prioridad es mejorar la ejecución y la eficiencia operativa, apostando por una estructura más ágil y directa. Como parte de su estrategia, ha eliminado capas de gestión para acercarse a los equipos de desarrollo y acelerar la competitividad. La reestructuración también traerá consigo nuevos recortes de plantilla.
El segmento de computación para clientes ha sufrido una caída del 8 % interanual, alcanzando los 7.600 millones de dólares. Sin embargo, el negocio de centros de datos y AI ha crecido un 8 %, aportando 4.100 millones de dólares. La división de fundición ha registrado un alza del 7 % y el resto de negocios han aumentado un 47 %.
El pronóstico para el segundo trimestre apunta a ingresos de 11.800 millones de dólares, situándose en la franja media de la guía de Intel. La reacción del mercado ha sido mixta, con un descenso de las acciones en las operaciones fuera de horario, aunque con signos de recuperación.
La industria ahora observa la evolución de Tan al frente de Intel, especialmente en su objetivo de devolver a la compañía su enfoque centrado en la ingeniería y el desarrollo de productos competitivos. La transformación estructural marca el inicio de un periodo clave para la firma, como se desprende de los datos del Intel Q1 2025.
Sin embargo, a pie de calle, hay muchísimo trabajo por hacer de cara a ganarse la confianza del público. Mientras el negocio y los grandes beneficios están en los servidores de datos, los grandes centros de IA y HPC, el mundo gaming, portátiles y sobremesas parecen quedarse un poco de lado. El rendimiento muy superior de AMD con sus Ryzen, en relación rendimiento/precio, o la falta de batalla en el entorno de las tarjetas gaming dejan a Intel en segundo plano. Además, con una opinión mayoritaria que pone sus productos por detrás de la competencia en la lista de la compra. A ver qué pasa en 2026, pero este año parece también perdido para el equipo de Tan.
