


El 1 de octubre se confirmaba que el NIRS había perdido su sistema de almacenamiento en la nube tras un incendio devastador. El fuego, ocurrido el 27 de septiembre en la sede de Daejeon, destruyó el G-Drive, plataforma utilizada por más de 750.000 funcionarios públicos. La noticia fue publicada por la Agencia de noticias YONHAP, que también difundió imágenes del traslado de baterías calcinadas y declaraciones oficiales del Ministerio del Interior.
El G-Drive funcionaba desde 2018 como solución centralizada para guardar documentos laborales. Cada usuario disponía de 30 gigabytes, sin posibilidad de almacenar archivos en ordenadores personales. La arquitectura del sistema, basada en almacenamiento de gran capacidad y bajo rendimiento, no permitía copias externas. Esta limitación técnica provocó la pérdida total de los datos.
El incendio afectó a 96 sistemas considerados críticos para la administración central. El impacto varía según el organismo. El Ministerio de Gestión de Personal, que exigía el uso exclusivo del G-Drive, sufrió el mayor daño. La Oficina de Coordinación de Políticas, con menor dependencia, conserva parte de su información. La recuperación se centra en archivos guardados localmente durante el último mes, correos electrónicos, documentos impresos y registros oficiales.
El Ministerio del Interior explicó que los informes generados mediante procesos formales podrían recuperarse desde Onnara, otro sistema gubernamental de documentación. Aunque permanece inactivo, se espera su restauración en los próximos días. La falta de respaldo externo en el G-Drive ha generado críticas. Expertos en ciberseguridad señalan que cualquier infraestructura pública debe contar con redundancia física y lógica.
El NIRS realizaba copias diarias de otros sistemas, tanto dentro del centro como en instalaciones remotas. Sin embargo, el diseño del G-Drive no contemplaba esa opción. Esta vulnerabilidad, ignorada durante años, se convirtió en un punto de fallo catastrófico. La pérdida afecta a borradores, bases de datos departamentales, comunicaciones sensibles e informes internos. La reconstrucción de procesos administrativos podría tardar semanas o incluso meses.
El incidente pone en entredicho la política digital del gobierno surcoreano. La centralización de servicios, sin planes de contingencia adecuados, expone a las instituciones a riesgos sistémicos. La dependencia exclusiva de un entorno sin respaldo externo contradice las recomendaciones internacionales en gestión de datos. Organismos como la ISO y el NIST recomiendan duplicación geográfica, cifrado robusto y auditorías periódicas. El caso del NIRS revela una brecha entre teoría y práctica.
La investigación policial sigue abierta. Cuatro personas han sido interrogadas por su posible implicación en el origen del fuego. Un SUV incendiado en el aparcamiento del centro podría estar relacionado, según medios locales. El Ministerio del Interior asegura que se revisarán los protocolos de seguridad. La prioridad es restaurar los servicios esenciales y evitar nuevas interrupciones.
La pérdida de datos afecta también a pacientes terminales, cuyos deseos registrados digitalmente podrían no recuperarse. Esta dimensión humana añade gravedad al suceso. La confianza en la infraestructura digital pública queda comprometida. El NIRS deberá rediseñar su arquitectura, incorporar redundancia y establecer mecanismos de recuperación ante desastres. La lección es clara: sin respaldo, no hay seguridad.
Incidente NIRS – Octubre 2025 | |
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Ubicación | Daejeon, Corea del Sur |
Fecha del incendio | 27 de septiembre de 2025 |
Sistema afectado | G-Drive (almacenamiento en la nube) |
Usuarios afectados | Aproximadamente 750.000 funcionarios |
Copias de seguridad | No disponibles para G-Drive |
Más información | JoongAng Daily / Agencia YONHAP |