


El hardware en 2025 está viviendo una transformación sin precedentes. Según el último informe de Jon Peddie Research, el mercado de componentes para gaming alcanzará un crecimiento del 35%, con ventas estimadas en 44.500 millones de dólares. Esta cifra no solo refleja el entusiasmo por los videojuegos, sino también una migración tecnológica forzada por Windows 11.
La nueva versión del sistema operativo exige procesadores modernos. No basta con cambiar la tarjeta gráfica. Más de 100 millones de jugadores deben renovar CPU, placa base y memoria RAM. Esta necesidad ha impulsado la compra de equipos preensamblados, mientras que los entusiastas del montaje han optado por construir nuevos ordenadores desde cero.

El cambio no se limita al software. Los videojuegos actuales, especialmente los desarrollados con Unreal Engine 5, requieren tarjetas gráficas con tecnologías de escalado y generación de fotogramas. Estas funciones permiten mantener la fluidez en títulos exigentes. Las GPUs con 8 GB de VRAM ya no son suficientes. Se buscan modelos con mayor capacidad, capaces de soportar trazado de rayos y resoluciones elevadas.
Los procesadores también han evolucionado. AMD ha lanzado chips con tecnología 3D V-Cache, que mejoran el rendimiento en juegos. Esto ha incentivado la compra de CPUs de ocho núcleos o más, lo que implica actualizaciones completas de plataforma. La combinación de nuevos procesadores, tarjetas gráficas y periféricos ha disparado el gasto en hardware en 2025.
El informe también destaca un cambio en el perfil del jugador. Aunque se espera que 10 millones de usuarios migren a consolas o dispositivos móviles, muchos jugadores de nivel básico están ascendiendo a gamas medias o altas. Este fenómeno es habitual: los usuarios comienzan con equipos modestos y, en pocos años, mejoran sus configuraciones.
La gama baja genera volumen, pero no rentabilidad. En cambio, los segmentos medios y altos permiten márgenes más amplios. Por eso, el hardware en 2025 mantiene su dinamismo. Las empresas apuestan por componentes de alto rendimiento, sabiendo que los jugadores están dispuestos a invertir si perciben valor.
La previsión de Jon Peddie Research indica que las ventas se mantendrán por encima de los 40.000 millones de dólares hasta 2028. Esta estabilidad se debe a la combinación de exigencias técnicas, nuevos títulos y evolución del perfil del consumidor. Aunque algunos analistas como Canalys prevén una caída del 3,9% en las ventas generales de PCs en EE. UU., el segmento gaming sigue creciendo.
La adopción de Windows 11 ha sido lenta, pero en plataformas como Steam ya supera a su predecesor. Esto sugiere que los jugadores están liderando la transición. La demanda de valor, mencionada por la CEO de Best Buy, Corie Barry, también influye. Los consumidores buscan ofertas, pero no dudan en gastar si el producto lo merece.
La evolución del hardware en 2025 refleja una tendencia clara: la tecnología avanza, y los jugadores la siguen. La combinación de exigencias técnicas, nuevos títulos y componentes innovadores garantiza un futuro vibrante para este sector.