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Las conversaciones con ChatGPT no son privadas Las conversaciones con ChatGPT no son privadas
Tus charlas con ChatGPT pueden seguir siendo públicas, incluso si crees que se han eliminado. Las conversaciones con ChatGPT no son privadas

Aunque muchos usuarios creen que sus conversaciones con ChatGPT son privadas, la realidad es muy distinta. Nosotros hemos descubierto que miles de estas charlas siguen siendo accesibles en Internet, incluso después de que OpenAI intentara eliminarlas. Tú puedes pensar que al borrar un enlace o cerrar una sesión, todo desaparece. Pero no es así. Existe una técnica que permite recuperar esas conversaciones, y no es precisamente transparente.

La clave está en cómo funcionan los motores de búsqueda y los archivos digitales. Google indexó más de 100.000 conversaciones con ChatGPT, que quedaron expuestas públicamente. Aunque OpenAI ha intentado desindexarlas, no ha conseguido eliminar todas. Algunas siguen disponibles a través de Archive.org, también conocido como la Wayback Machine. Este sitio guarda versiones antiguas de páginas web, llamadas «snapshots», que permiten ver contenido incluso si ya ha sido borrado del sitio original.

Mark Graham, director de la Wayback Machine, confirmó que OpenAI no ha solicitado la eliminación masiva de estas URLs. Eso significa que cualquiera que sepa cómo buscar puede acceder a conversaciones antiguas. Y no hablamos solo de textos banales. Algunas charlas contienen datos sensibles, opiniones personales o incluso información que podría usarse en procesos legales.

Este problema no afecta solo a ChatGPT. También se han filtrado conversaciones con Grok, el modelo de xAI. Estas charlas aparecen en búsquedas de Google y muestran que el problema es más amplio. No se trata de un fallo puntual, sino de una brecha sistemática en la privacidad de los usuarios que interactúan con modelos de inteligencia artificial.

Es interesante saber esto antes de compartir cualquier cosa con un chatbot. Aunque la interfaz parezca segura, el contenido puede acabar en manos de terceros. Y si bien OpenAI ha empezado a desarrollar sus propios chips para mejorar el rendimiento de sus modelos, aún no ha resuelto los problemas de privacidad que afectan a sus usuarios.

La situación plantea preguntas importantes. ¿Quién es responsable de proteger tus datos? ¿Por qué no se ha solicitado la eliminación de los enlaces archivados? ¿Y qué medidas puedes tomar tú para evitar que tus conversaciones con ChatGPT acaben siendo públicas?

Desde un punto de vista técnico, los modelos como ChatGPT funcionan mediante inferencia: analizan tus entradas y generan respuestas basadas en patrones aprendidos. Pero esa inferencia no implica anonimato. Si compartes un enlace, aunque sea por curiosidad, ese contenido puede quedar registrado y ser accesible más tarde.

Nosotros te recomendamos que pienses dos veces antes de compartir una conversación. No uses datos personales, evita hablar de temas delicados y no confíes en que todo lo que escribes se borra automáticamente. Porque como hemos visto, las conversaciones con ChatGPT pueden seguir vivas en la red, incluso cuando tú ya las has olvidado.

La privacidad digital es un derecho, pero también una responsabilidad. Tú decides qué compartir, pero también debes saber qué riesgos asumes. Y en este caso, los riesgos son reales.

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