OpenAI ha revolucionado la inteligencia artificial con ChatGPT, una herramienta que ha transformado múltiples sectores, desde la educación hasta la sanidad. Sin embargo, su uso indebido ha generado preocupación. La empresa ha identificado y desmantelado varias campañas secretas que, según sus investigaciones, estaban vinculadas a China y tenían como objetivo influir en la opinión pública. Sí, la propaganda con IA es una realidad y un arma geopolítica.
El informe de OpenAI revela que ChatGPT fue utilizado para generar publicaciones propagandísticas en redes sociales, diseñadas para manipular el discurso político y social. Se detectaron diez operaciones, de las cuales cuatro estaban relacionadas con China. Estas campañas incluían la creación de identidades falsas para interactuar en plataformas digitales y dirigir conversaciones en una dirección específica.
Uno de los casos más notorios fue el de «Uncle Spam», una operación que generó contenido polémico sobre temas sensibles en Estados Unidos. OpenAI también ha señalado que otros países, como Rusia, Irán y Corea del Norte, han empleado tácticas similares para influir en la opinión pública mediante inteligencia artificial.
Además de la generación de contenido, los responsables de estas campañas utilizaron ChatGPT para mejorar la difusión de sus mensajes, haciéndolos parecer más auténticos y aumentando su alcance. Según un informe de NPR, los propagandistas chinos no solo creaban publicaciones y comentarios, sino que también generaban informes de rendimiento para evaluar la efectividad de sus estrategias.
Ben Nimmo, investigador principal del equipo de inteligencia de OpenAI, advirtió sobre la creciente sofisticación de estas operaciones encubiertas. Según Nimmo, China está diversificando sus tácticas y ampliando su alcance en el uso de inteligencia artificial para la manipulación informativa.
Otro aspecto preocupante es el uso de ChatGPT para redactar correos electrónicos dirigidos a periodistas, analistas y políticos con el fin de establecer relaciones bajo falsas pretensiones y obtener información estratégica. Este tipo de manipulación plantea serios desafíos éticos y subraya la necesidad de una mayor vigilancia por parte de las empresas tecnológicas.
La revelación de OpenAI sobre la propaganda con IA pone de manifiesto los riesgos asociados al uso de la inteligencia artificial en campañas de desinformación. La comunidad tecnológica debe reforzar sus esfuerzos para garantizar un desarrollo ético de la IA y prevenir su uso indebido en la manipulación de la opinión pública.
